lunes, 3 de septiembre de 2018

¡Tizubín, Tizubín! nuestro libro del mes


Elías Valdés y Tizubín
por: BrendaCarol Morales

¡Tizubín! ¡Tizubín! Como todo guatemalteco que se precie de haber nacido en un barrio o en una aldea, ya sea en él área rural o urbana, por una u otra circunstancia ligada a la convivencia con sus iguales, será rebautizado con un apodo que lo marcará en forma indeleble y para siempre. Así, el protagonista de esta novela de Elías Valdés,  sin ser un pícaro en toda la extensión de la palabra, es rebautizado por sus compañeros siendo muy niño y ese mote lo acompañara en sus desventuras.

En un inicio, su vida transcurre entre su casa y sus labores agrícolas, tan así que pierde la oportunidad de que florezca con plenitud su amor con Julia, la joven que le atrae desde niños. Ella le recrimina «Tizubín solo se enamora de la tierra» y él no entiende el mensaje de alerta, como muchos hombres. Tarde se decide a «rescatarla» de los brazos del joven hacendado que se la lleva. Por ella, inicia su azarosa vida y, de alguna manera, por la acción de él, con el tiempo ella confirma lo que auguraban las malas lenguas.  Sin apenas darse cuenta, Tizubín se vuelve un asesino que debe huir de su aldea y andar a salto de mata, tratando de no ser reconocido para escapar.

Como a todo pícaro literario, en algún momento la vida parece darle una oportunidad cuando consigue trabajo en la costa y conoce a Vila, la mujer que dará un nuevo sentido a su vida. Sin la delicadeza de un hombre instruido, consciente pero impotente de ser más tierno, la hace suya y empieza una nueva vida a su lado. Sin embargo, cuando ya se sentía en paz, viviendo una vida normal, el mismo giro: un hombre con mayor fortuna y poder trata de quitarle a su amada. Esta vez no lo logra el hombre poderoso, pero esta situación tan similar a la que lo lanzó parece señalar que el destino ya lanzó los dados y finalmente es atrapado por el pasado. Incapaz de escaparse de su sino, quiere darse por vencido…

Elías Valdés nos entrega una novela que, por no desarrollarse en la capital, algunos han tildado de regionalista. La cuna del autor, como la de su personaje es Chiquimula. El lenguaje coloquial utilizado es propio de oriente y diría que también la actitud desparpajada de los personajes. Desde mi perspectiva, usa un ámbito que le resulta familiar para desarrollar la vida un tanto infortunada de un hombre, al que le tocó en suerte nacer en una comunidad agrícola y que por la misma suerte, mató a un hombre sin darse cuenta y se vio obligado, él que vivía tan apegado a la tierra, a ser errante. Sin demasiados artificios, la novela entretiene, da a conocer la vida desde otra visión —y no quisiera decir provinciana o rural—, que no corresponde a la capital ni a un mundo utópico, lo cual le da un valor agregado; sin quererlo, me parece, también trasluce lo que para Elías Valdés ha de ser una gran tragedia: no poder «cantinear» o enamorar, con todos los recursos lingüísticos que les son vedados a quienes no poseen educación; posiblemente, para los miles y miles de analfabetos o casi analfabetos del país, la capacidad de ternura no encuentra el camino de expresión.  En fin… invito a leer Tizubín y a conocer a Elías Valdés, un autor que siendo guatemalteco ya entrado en años, no es leído en el país.

Elías Valdés nació el 1 de diciembre de 1930 en San José la Arada, Chiquimula. Realizó estudios de periodismo en la Universidad de San Carlos de Guatemala y Derecho en la facultad de Occidente. Siendo estudiante publicó estampas en el Diario de Centroamérica y ganó concursos a nivel estudiantil. Es autor de varios libros, entre los que destacan Tizubín,  Yo fui rehén del M-19,  Agua sucia (comedia), Viaje a la infancia, Así escribí el libro «Yo fui un rehén del M-19», El pez murió en silencio, La obsesión de Pilarcita, Los ruidos de la selva; Diez cuentecillos extraviados, Entre la vida y la muerte, Todo un hombre y La colina de las torcazas.

3 comentarios:

  1. Es un placer leer a escritores Nacionales. ¡Me encantó Tizubín! Lastimosamente no es popular, pero nos hace reflexionar sobre nuestro importante papel como educadores para el futuro de Guatemala. Creo que no hay una mejor forma de celebrar este 15 de septiembre sino es cultivando nuestro amor patrio y eso solo lo podemos lograr conociendo nuestro pasado. Gracias al club de lectura "Letras Ejemplares" por empezar por el principio. Att. Glenda Galdámez

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    1. Muchas gracias por sus palabras Glenda. La verdad es que en Guatemala hay muchos escritores talentosos que son muy poco leídos pero que vale la pena hacerlo. Agradecemos que lea con nosotros y esperamos que siga haciéndolo. Ya en pocos días daremos a conocer nuestro próximo libro a leer. Le adelantamos que será de una autora guatemalteca.

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    2. Muy cierto Glenda, tenemos que amar primero lo nuestro. Gracias por creer en este proyecto y por opinar pues solo de esa manera podemos enriquecer este espacio.

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